«De niño tenía que pedir cupones para comer… hoy inventé una app que millones usan para decir ‘te amo’.» 
Nací en Ucrania, y mi mamá y yo llegamos a Estados Unidos escapando de la pobreza. Tenía 16 años y no hablaba inglés. Mientras ella limpiaba casas, yo limpiaba pisos en un supermercado. Teníamos que usar cupones para poder comer… y muchas veces ni eso alcanzaba. Pero había algo que sí tenía: curiosidad por la tecnología. 
Estudié programación con libros prestados y aprendí casi todo por mi cuenta. Empecé a trabajar en Yahoo, pero nunca me sentí parte del mundo «VIP» de Silicon Valley. Hasta que un día, harto del ruido de redes sociales, quise hacer algo simple: una app para mandar mensajes, sin publicidad, sin interrupciones. Así nació WhatsApp. 
¿Sabes lo irónico? Años antes de eso, intenté trabajar en Facebook… y me rechazaron. Años después, ellos mismos me compraron WhatsApp por 19 mil millones de dólares. Pero más que el dinero, lo que me marcó fue demostrar que sí se puede romper el molde… incluso si naciste lejos de todo. 
«No importa de dónde vienes… si sabes a dónde vas, el mundo tarde o temprano lo sabrá también.» 
— Jan Koum
